¡Alabado sea el señor! Los “Mel-maniacos” estamos de
enhorabuena, ya estaba bien de tontunas melindrosas como los últimos papeles
que le estaban dando (u obligando casi a aceptar) y más Vacaciones en el
Infierno (Get the Gringo) o Al límite, que es para lo que este muchachote australiano ha sido
tocado con la varita mágica. Cada mochuelo a su olivo que diríamos en el lugar.
El caso es que “Mr. Gibson” tras confirmarse como maestro entre
maestros como director (Braveheart, Apocalypto, La Pasión de Cristo….arrodíllense
ante ellas) ha hecho saltar las alarmas de la envidia malsana y la tontuna
hollywoodiense. Bastante huevos me importa a mi lo que este señor haga o deje
de hacer en su casa. Si se ha pasado con su mujer, pues que lo denuncie inmediatamente, que se encargue un juez de ello que para eso están y le apliquen el castigo que sea menester, el caso que a la hora de
cobrar la mitad de su fortunón pocas pegas que le ponen, como si antes de
casarse no supieran que a este ovejo le faltan un cubo de tornillos. Y si no, como
cuando se aprieta cuatro cubatas más de la cuenta y suelta una buena ristra de
tontunas, anda que el que esté libre de pecado que tire la primera piedra.
Tampoco pienso yo, dejará de ser menos bueno en su trabajo por ejemplo un actor español, que antes cuando trabajaba dentro de sus fronteras, vivía con una pancarta encima de la cabeza y ahora que tiene un “Mayer” de la academia en el salón de su mansión de Beverly Hills y sale de “malote” en 007 ya no es capaz ni de situar España en un mapamundi. No sé, yo al menos seguiré viendo y disfrutando sus películas, respetándole como actor y dejando a un lado mi opinión personal cuando se ilumine la “pantalla grande”. Allá cada cual con su conciencia o ideas y lo que haga en su casa, que cada uno cargue o deje de cargar con lo que hace, si le han de poner las peras al cuarto que lo haga su madre, que menudo genio tiene la señora.
Tampoco pienso yo, dejará de ser menos bueno en su trabajo por ejemplo un actor español, que antes cuando trabajaba dentro de sus fronteras, vivía con una pancarta encima de la cabeza y ahora que tiene un “Mayer” de la academia en el salón de su mansión de Beverly Hills y sale de “malote” en 007 ya no es capaz ni de situar España en un mapamundi. No sé, yo al menos seguiré viendo y disfrutando sus películas, respetándole como actor y dejando a un lado mi opinión personal cuando se ilumine la “pantalla grande”. Allá cada cual con su conciencia o ideas y lo que haga en su casa, que cada uno cargue o deje de cargar con lo que hace, si le han de poner las peras al cuarto que lo haga su madre, que menudo genio tiene la señora.
La acción tiene lugar en una cochambrosa cárcel (si es de
cárceles seguro que está bien, que diría mi padre) mexicana, allí es donde tras
un atraco y consiguiente persecución en mitad de la frontera van a parar los
huesos de nuestro protagonista. Perfectamente ambientada, esta cloaca humana
donde se mezclan hombres, mujeres y niños y donde corren impunemente la
corrupción, prostitución, armas, drogas, etc… será capaz de sacar lo mejor (y
lo peor) de este gringo ladronzuelo.
Rodada con buen pulso, apenas deja caer en ningún momento el
ritmo y se agradece ese tono gamberro, políticamente incorrecto y desenfadado
que impregna casi todo el metraje. No engaña a nadie en ningún momento y da lo
que promete, que ya es mucho decir en tiempos donde las pantallas son
mancilladas impunemente por vampiros afeminadejos.
Escenas cómicas como el homenaje a Clint Eastwood
(imprescindible V.O) y otras tan a lo Tarantino como cuando Mel se pone bestia
de verdad y hace volar a unos cuantos de sus “amiguitos”, hacen de esta cinta
un verdadero placer para el paladar del buen degustador de acción sin
complejos.
En fin, que espero que los prejuicios y la envidia no releguen
al ostracismo a este enorme cineasta, en cualquier caso y buena prueba de ello
es que este cabronazo irredento ilusiona a su legión de seguidores con la
promesa de finalizar su último proyecto tras las cámaras: Vikings para 2014.
¿Quién se va a comer un par de granadas?
¡Bravo Mel, cacho de ovejo, sigue repartiendo estopa, pero
que copón!
INFIERNO SOBRE RUEDAS
Bueno, bueno, teniendo en cuenta la calidad que están
teniendo las series y para no perder las buenas costumbres me permito
recomendaros la excepcional Infierno sobre ruedas (Hell on Wheels), por
supuesto no sin antes dejar constancia del brutal inicio de la 3ª temporada de Walking Dead, y del infierno desatado en su quinta y última temporada por el
inimitable Heisenberg dueño y señor de los territorios de la mejor serie
jamás emitida: Breaking Bad.
Centrándose en los convulsos tiempos de postguerra
norteamericanos, y tomando como eje central de la serie la construcción del
ferrocarril que cruzará de este a oeste todo el país, nos cuenta las
desventuras de Cullen Bohannon, un veterano de guerra que ha pasado por un
infierno y querrá cobrar bien cara su venganza.
Interpretado brillantemente este papel por Ansont Mount, me recuerda bastante (salvando las distancias claro) al bueno de Clint Eastwood. Contiene ese mismo aura de vaquero maldito, atormentado y duro como una roca, pero siempre buscando ese “algo”, esa última esperanza que le haga agarrarse a la vida antes de tirar la toalla.
Es de plena justicia reconocer que sobresale sobre el resto el malo maloso de la serie: Tomas “Doc” Durant el despiadado dueño y señor de la compañía ferroviaria. Está soberbio el actor irlandés Colm Meaney, y su memorable discurso (episodio uno) sobre el nacimiento de la nación estadounidense, pasará sin duda a los anales de la TV.
Interpretado brillantemente este papel por Ansont Mount, me recuerda bastante (salvando las distancias claro) al bueno de Clint Eastwood. Contiene ese mismo aura de vaquero maldito, atormentado y duro como una roca, pero siempre buscando ese “algo”, esa última esperanza que le haga agarrarse a la vida antes de tirar la toalla.
Es de plena justicia reconocer que sobresale sobre el resto el malo maloso de la serie: Tomas “Doc” Durant el despiadado dueño y señor de la compañía ferroviaria. Está soberbio el actor irlandés Colm Meaney, y su memorable discurso (episodio uno) sobre el nacimiento de la nación estadounidense, pasará sin duda a los anales de la TV.
Tiempos de esclavitud, trabajos inhumanos, crueldad y ambición,
mucha ambición. En definitiva, una serie muy grande, y que si se tiene un mínimo
interés sobre la historia norteamericana no puede dejar de ser visionada.
THE MIGUELETE'S GAME
Como colofón, una nueva entrega del Miguelete’s game que en
esta ocasión llega con una instantánea de las joyas de la corona y que se
presta a varios títulos a cual más freak e infernal.