Esta vez, el amigo asiático James Wan, nos
vuelve a poner el "culo torcío" con esta cinta, basada como la
anterior, en un caso "real", que cubrieron la prensa y otros medios
informativos británicos, y que llegó a alcanzar cierta fama y repercusión
internacional.
1977, en un pequeño barrio de Enfield,
Londres, una familia ve indefensa, cómo su casa es acechada por espíritus
malignos y multitud de fenómenos paranormales, Edward y Lorraine Warren,
reputados demonólogos norteamericanos, deciden acudir en su ayuda.
A estas alturas (nunca mejor dicho) de la
película, nadie puede ya poner en tela de juicio, la enorme capacidad que
atesora el amigo Wan para el terror. Es de ley hacerle ya un hueco entre
los grandes maestros del género. Supongo que estaréis de acuerdo conmigo en que
después de : Saw, Dead Silence, Insidious, y los dos Conjuros, (unas mejores
que otras, desde luego) se lo ha trabajado a pulso. Bien es cierto que yo le
culparía un poco de "esclavizar" el género. Todos siguen sus mismas
pautas y estilo, pero claro, lo hacen de mala manera. Si vas a copiar hazlo
bien, y si no ponte a hacer calceta o anuncios para la TV, yo qué se joder.
Pero bueno, eso da para post aparte y no me
quiero liar que luego no sé salir. Centrándonos ya en la película que nos
ocupa, decir que empieza ya de una manera brutal, conectando con el
espeluznante y muy real "Caso Amityville" y sus crueles asesinatos.
Poderosas visiones a través de Lorraine ya te ponen los
pelánganos de punta desde el minuto uno y con ganas de más tralla para el
cuerpo.
Otro puntaco a favor es la ambientación
setentera. Está más que bien conseguida;
esas barriadas, esas casas, los utensilios, los juguetes de los chavales, las vestimentas, los televisores, los cassettes,
la grabadora-reproductora de audio con los dos rollos je,je. Bueno, para qué
contínuar,
los que ya me seguís por aquí o me conocéis un poco, sabéis que para nada me
disgusta todo este tema, sino todo lo contrario.
Es tontería negar, que la base del cine de
Wan, se apoya en dar unos sustacos del copón, pero en su caso, y a diferencia
de otros directores lo hace con una cuidadísima y muy trabajada atmósfera que
juega contigo, donde te piensas que va a llegar el sobresalto y te la van a
meter doblada, quizás al final no sea así y viceversa, poniéndote el corazón en
la boca cuando menos te lo esperas.
Domina como pocos el tempo, los giros de
cámara, la iluminación (tan importante en una cinta que pretende producir
miedo) siempre la correcta, ángulos por ahí medio muertos a los que logra
inexplicablemente sacarles "chicha". No es menos cierto que le debe
gran parte de ese buen hacer al estupendo director de fotografía Don Burguess. Juntos forman un tándem
explosivo.
La terrorífica partitura de Bishara cumple a
la perfección; oscura, perturbadora, sutil y macabra al mismo tiempo...se rodea
de buen equipo el pájaro este, nos ha jodido, como debe ser.
Las referencias a la "época
dorada" del cine de terror no son pocas desde luego, se nota que Wan es un
amante irredento (y no lo oculta) de joyas de la corona como : "El final
de la escalera" , "El Exorcista" , "Poltergeist",
etc...lo dejo para que las descubráis y lo disfrutéis, como yo lo hice,
por vosotros mismos.
Llegando ya al casting, poco que decir. En este
apartado tampoco se han pegado la galleta ni mucho menos. La pequeña
"endemoniada" muy bien la zagala, no se le augura mal futuro. Patrick
Wilson y Vera Farmiga están perfectos interpretando al mítico matrimonio
Warren. Tienen muy buena química y ese aire setentero, por lo menos a mi juicio
les queda de lujo. Ese momento en el que Wilson se marca un guitarreo a lo
Elvis con la familia afectada para tratar de que el espectador empatice con
ellos y con su sufrimiento, es genial, y yo me canté mi par de estrofas
amparado por la oscuridad de la sala pero tan ricamente, no te digo. Que me
quiten lo bailao.
Cosas malas, o menos buenas también las tiene claro, como todas. Pese a lo muy disfrutable que resulta la película en términos generales, ya se le va acabando el fuelle a la saga, y corre el serio y evidente peligro de repetirse. Le sobran tranquilamente en el centro del metraje sus buenos veinte minutacos de "paja" pura. Si no hay ideas meta usted la tijera y amén, señor Wan. Sería de agradecer.
Sobre todo en la parte final (también alargada en exceso) se aprecia en demasía el cante de los efectos digitales, haberse dejado en ese apartado unas cuantas "perras" más tampoco habría venido mal. Y eso que se nota y agradece el esfuerzo de que por ejemplo, el terrorífico demonio "principal" esté interpretado por una actriz de carne y hueso, así como otros muchos escenarios y vestuarios, creados de forma natural y qué duda cabe, con mucho más esfuerzo y trabajo. Yo a eso le doy mucha importancia y reconocimiento. Ponte una tarde Blade Runner, con un trabajo artesanal demoledor, cientos de personas y artistas implicados, la productora con el látigo a todas horas para que termines la puta película...y después ponte el Avatar de turno o cualquier otra que te han hecho con el ordenador hasta un gato que te pase por mitad de la calle, y luego ya me dirás dónde ha ido a parar la magia de la primera con respecto a la otra. Al mismo cubo de la basura.
En fin, que ya me estoy liando otra vez, que a poco que os guste el género y pasar un mal rato ya tardáis en ir a verla, que supera con creces y sin quitarse la boina a las cintas "asustadoras" que salen por ahí a cascoporro y que prácticamente siempre se quedan en nada. Como dije en el post anterior, yo disfruto mucho más con un terror psicológico bien elaborado, pero no me amarga para nada un dulce tan rico como The Conjuring y dejar la butaca hecha astillas con tanto blinco.
Ahí lo dejo.